CALABRESI, MARIO
En un libro que ha sacudido Italia, Mario Calabresi investiga los hechos que rodearon el asesinato de su padre y narra las consecuencias que tuvo para su familia.
La mañana del 17 de mayo de 1972, el arma que apunta por la espalda al comisario Luigi Calabresi cambiará la historia de Italia, que se adentrará en uno de sus periodos más oscuros, los años de plomo. Los dos disparos de esa pistola alterarán el curso de los acontecimientos políticos y transformarán radicalmente la vida de una mujer y sus tres hijos pequeños.
En una obra sincera y conmovedora que ha vendido centenares de miles de ejemplares en Italia, el periodista Mario Calabresi, hijo de Luigi Calabresi, investiga el caso de su padre, asesinado tras ser acusado falsamente de defenestrar desde su despacho en la comisaría de Milán al anarquista Giuseppe Pinelli. El autor explora con lucidez aquellos años marcados por la violencia y relata el brutal acoso al que fue sometido su padre mientras rememora las consecuencias del asesinato en su vida y en la de su familia. Su historia se entrelaza así con la de muchas otras víctimas que tuvieron que afrontar en la intimidad una catástrofe que realmente concernía a todo el país. Un libro imprescindible para entender las profundas cicatrices que el terrorismo deja en la sociedad.
«Un libro impresionante, escrito con una honestidad, una lucidez y un coraje estremecedores por uno de los grandes periodistas italianos de hoy.» Javier Cercas
«Calabresi combina con enorme acierto su testimonio personal y el relato de los turbulentos años setenta en Italia. (
) En cada página nos
convida a la reflexión sin dejar de conmovernos.» Fernando Aramburu
«Asesinaron al padre de Mario Calabresi cuando solo tenía dos años, y al crecer encontró en esta tragedia la fuerza para escribir. Al tratar de comprender su propio dolor, comprende el dolor de todo un país.» Roberto Saviano
«Este libro es la historia de la lucha de un niño que al final logró salir de la noche. Léelo, te hará llorar, pero también te hará bien.» Michele
Brambilla (Il Giornale)
«Una extraordinaria reflexión sobre el peso de las palabras.» Fabio Gambaro (Le Monde)